DINÁMICA DE PRESENTACIÓN

 

Compartiendo Sueños: La Dinámica de Presentación en la Formación de Facilitadores de GAM del GRUPO MOTOR  GAM Y AAM JAEN.

En la soleada mañana de un día de formación, un grupo de individuos con un propósito común se reunió en una sala luminosa. Todos tenían historias únicas, pero compartían una aspiración: convertirse en facilitadores de Grupos de Apoyo Mutuo (GAM). La clave para construir un equipo fuerte y solidario estaba en la primera dinámica del día: la dinámica de presentación.

El facilitador comenzó la sesión con una sonrisa cálida y la promesa de un viaje emocionante. La dinámica de presentación no sería solo una simple ronda de nombres y datos personales. Sería una oportunidad para cada participante, una invitación a abrir sus corazones y compartir sus motivaciones más profundas.

Cada uno de los presentes tenía una historia que los había llevado a ese punto. Algunos habían experimentado directamente los desafíos de la salud mental, mientras que otros habían sido testigos de los efectos en amigos o seres queridos. Algunos habían soñado durante mucho tiempo con hacer una diferencia en la comunidad, y otros habían descubierto recientemente la pasión por el apoyo mutuo.

Una a una, las voces se elevaron en la sala mientras cada participante compartía su motivación. Hubo quienes mencionaron la importancia de romper el estigma en torno a la salud mental. Otros hablaron sobre el poder sanador de la conexión entre personas que habían enfrentado desafíos similares. Algunos revelaron sus luchas personales y cómo habían encontrado fuerza en la idea de ayudar a otros a superar obstáculos similares.

Las lágrimas se asomaron en los ojos de algunos, pero también hubo risas, risas compartidas que unían a este grupo diverso en su propósito común. A medida que cada historia se desenvolvía, crecía la comprensión y el respeto mutuo. La dinámica de presentación demostraba que, a pesar de sus diferencias, compartían una determinación inquebrantable.

La dinámica de presentación no solo había allanado el camino para una formación efectiva, sino que había tejido los lazos de un equipo dedicado. Al final de la sesión, todos se dieron cuenta de que eran parte de una comunidad apasionada y solidaria, lista para desafiar los estigmas y tender una mano a quienes lo necesitaban.

Así comenzó su viaje para convertirse en facilitadores de Grupos de Apoyo Mutuo, un viaje impulsado por la empatía, la comprensión y el deseo de hacer la diferencia. Sus motivaciones personales los guiaron hacia un camino de apoyo mutuo y empoderamiento, un camino que esperaban recorrer juntos, ayudando a otros a encontrar fuerza y esperanza en la comunidad de los GAM.

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